Consejos para el mantenimiento del colchón

Cada noche, los colchones proporcionan comodidad, descanso y permiten que el cuerpo se rejuvenezca para el día siguiente. Pero, cuando se trata del cuidado y mantenimiento, la mayoría de las personas olvidan estos aspectos. Por ejemplo, ¿cuándo fue la última vez que renovaste tu colchón?

De hecho, el mantenimiento del colchón desempeña un papel importante a la hora de prolongar su vida útil, así como de garantizar un confort óptimo al dormir.  A continuación, analizaremos todo lo que debes tener en cuenta, incluyendo cuándo sustituirlo, cómo cuidarlo y consejos generales de limpieza para garantizar un buen descanso.

Guía completa de mantenimiento del colchón

¿Te has comprado un nuevo colchón? ¡Es hora de mantenerlo en buen estado! En sí, una vez que ya te hayas acostumbrado a él, te recomendamos seguir algunos consejos de mantenimiento para que este te dure el mayor tiempo posible. ¡Veamos!

Mantenimiento rutinario

Sin duda, un mantenimiento adecuado del colchón puede ayudarte a conseguir una mayor duración del mismo. Entre las recomendaciones se encuentran saber cuándo hay que girarlo o voltearlo, asegurarte de que tiene el soporte adecuado y limpiarlo constantemente para eliminar los alérgenos y otros contaminantes.

Cambiar las sábanas con frecuencia y utilizar un protector de colchón también puede ayudar a mantener la superficie de descanso limpia y sin daños. Ahora veamos otras consideraciones a tener en cuenta:

1. Rotar el colchón

Es normal que un colchón comience a hundirse o a desarrollar hendiduras permanentes en los lugares donde sueles acostarte o sentarte. Pero, para que la superficie de descanso sea uniforme y evitar que se vuelva más blanda que el resto, la mayoría de los fabricantes recomiendan girarlo con regularidad de la cabeza a los pies.

Por ejemplo, los modelos de espuma, látex y resortes nuevos deben rotarse cada 6 a 12 meses, mientras que los de resortes más antiguos cada 2 a 6 meses. Sin embargo, algunos tipos de colchones modernos no deben rotarse, ya que están diseñados con un confort suave en la parte superior y un núcleo de soporte más firme en la parte inferior.

2. Cambiar las sábanas y la ropa de cama

¿Sabías que lavar las sábanas y la ropa de cama ayuda a proteger tu colchón de daños prematuros? En sí, las sábanas, mantas y fundas de almohada acumulan de forma natural sudor, aceites corporales y otros tipos de suciedad que pueden filtrarse, si la ropa de cama no se cambia de manera regular.

Por lo general, es recomendable lavar las sábanas y fundas de almohada al menos una vez a la semana, o más a menudo si tus mascotas duermen contigo. Asimismo, aquellos que viven en climas más cálidos o los que duermen con alergias estacionales también tienen que lavar la ropa de cama con más frecuencia durante ciertas épocas del año.

Ahora bien, los artículos con los que no tienes mucho contacto pueden lavarse con menos frecuencia. Por ejemplo, puedes lavar las mantas, los edredones y cubrecamas cada 2 o 3 meses y las fundas de almohada cada 4 o 6 meses, según el tipo de almohada.

3. Usar un protector de colchón

Los protectores de colchón se colocan debajo de la sábana bajera. Estos están diseñados como una barrera para evitar que la suciedad, el sudor, los ácaros del polvo, la humedad y otros contaminantes entren.

De hecho, el objetivo principal de un protector de colchón es mantenerlo limpio.  Además, son impermeables o resistentes al agua y están diseñados para evitar que los derrames o los fluidos corporales lleguen hasta el colchón.

4. Utilizar un soporte adecuado

Los colchones deben ir acompañados de una base sólida para evitar la distribución desigual del peso, que puede provocar una alineación incorrecta de la columna vertebral y dañar potencialmente esta superficie de descanso.

Hoy en día, muchas personas prefieren utilizar bases sólidas o somieres para sus colchones de espuma o híbridos. Asimismo, es importante que te asegures de que el sistema de soporte sea capaz de aguantar no solo el peso del colchón, sino también de los que duermen.

Limpieza

Además de cuidar la ropa de cama, debes limpiar tu colchón aproximadamente cada 6 meses. En este caso, es mejor consultar al fabricante para que sepas cuál es la mejor manera de mantenerlo limpio, ya que cada modelo tiene unas instrucciones de cuidado específicas. A continuación, veamos algunas pautas:

Cuidados regulares de limpieza

Para mantener el colchón limpio, el primer paso es retirar y lavar toda la ropa de cama, incluidas las sábanas, las fundas de almohada y las mantas. Y si tienes una funda extraíble, también inclúyela.

Ahora con la cama libre de obstáculos, puedes utilizar el accesorio de tapicería de la aspiradora para aspirar la superficie y los lados del colchón. También, limpia cualquier mancha con un producto suave y un paño limpio humedecido en agua fría.

Deja que el colchón se seque y luego aplica bicarbonato de sodio en la superficie para absorber los olores persistentes. Espera unas horas para que se absorba por completo y termina aspirando el bicarbonato con el accesorio para tapicerías.

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Derrames y accidentes

Además del mantenimiento rutinario, es posible que tengas que limpiar tu colchón si se derrama algo u ocurra otro tipo de accidente. Lo mejor es hacerlo de inmediato para evitar que la mancha se fije en las fibras del colchón.

Y, según el tipo de mancha, puedes emplear jabón para platos, vinagre, una solución de peróxido de hidrógeno o un limpiador enzimático comercial. Sin embargo, recuerda que si utilizas un protector de colchón, podrás limpiarlo con menos frecuencia.

Hasta aquí, hemos visto algunos consejos para el cuidado y mantenimiento del colchón. Esperamos que este artículo te ayude a mantener tu cama en buen estado. Y si tienes un colchón desde hace varios años, puede que haya llegado el momento de sustituirlo. ¡Recuerda que hacerlo te brindará un sueño de calidad!

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